viernes, 14 de noviembre de 2014

141. El congreso de los diablos 1885 (MB. 17,333). Don Bosco

Soñé que estaba en una gran sala donde muchos diablos celebraban un congreso para encontrar los medios con los cuales lograr acabar y destruir a la comunidad salesiana (y a cualquiera otra asociación religiosa). Un diablo propuso: – Para destruir esta asociación religiosa lo mejor será la GULA. Ella trae desgano para hacer el bien, corrupción de costumbres, maslos ejemplos, falta de espíritu de sacrificio, descuido de los deberes del apostolado… Pero otro diablo respondió: – Este medio no sirve para la mayoría, porque la comida de los religiosos es bastante sobria y las bebidas alcohólicas son escasas entre ellos. Sus reglamentos mandan que la alimentación sea ordinaria y los superiores vigilan para que no haya exceso en esto. Y el que se excede en el comer y en el beber no sólo produce escándalo entre los demás sino que se atrae el desprecio de los otros. Yo propongo más bien, como medio para acabar con la Congregación al inspirarles un gran AMOR POR LAS RIQUEZAS. Y añadió:- Es que cuando en una asociación religiosa entra el amor a las riquezas, llega también el amor por las comodidades, y el deseo de tener cada uno su propio dinero para gastarlo en lo que se le antoje, y los religiosos empiezan ya a no pensar con caridad en los demás, sino con egoísmo, cada uno en sí mismo. Y el amor al dinero lleva a los religiosos a dedicarse a los ricos que pueden pagar altas cuotas, y se van olvidando de los pobres. Aquel demonio quería continuar hablando pero le interrumpió un tercero que dijo: – ¡Qué gula, ni qué amor a las riquezas! Estos religiosos son bastante pobres y bastante sobrios. Además se dedican a atender gentes tan necesitadas, que cualquier cantidad de dinero que les llegue, apenas sí les alcanzará para ayudar a tantos pobres que vienen a pedir su ayuda. Yo en cambio propongo como medio para acabar con su comunidad el incitarles a una EXAGERADA LIBERTAD. Convencerlos de que no es necesario obedecer a los reglamentos de su Congregación. Que hay que rechazar ciertas preocupaciones poco brillantes que se les encomiendan. Que hay que producir movimientos contra sus superiores. Que se puede ir siempre a hacer visitas sin pedir permiso a nadie. Que pueden aceptar toda clase de invitaciones y aprovechar esas ocasiones para salir de casa… y otras cosas semejantes. Entonces se adelantó un cuarto demonio y exclamó: – Esos medios que han propuesto resultan bastante inútiles, porque los superiores los pueden despedir a los rebeldes. Es verdad que algunos se dejarán deslumbrar por el deseo de tener una exagerada libertad, pero ya verán que la mayor parte de estos religiosos se mantendrán fieles al cumplimiento de su deber. Yo les propongo un medio cuya peligrosidad que estos hombres no serán capaces de descubrir tan fácilmente. Consiste en CONVENCERLOS DE QUE LO MÁS IMPORTANTE ES LLEGAR A SER MUY INSTRUIDOS, que su principal gloria será el lograr ser personas de mucha ciencia. Y para eso hay que convencerlos de que estudien mucho para adquirir fama, y no para lograr hacer gran bien a las almas o para ser más Santos. Que se instruyan para provecho propio y no para provecho del prójimo que necesita de su apostolado. Hay que llevarlos a que desprecien a los que no son muy instruidos y que les interese la ciencia solamente, y no el ejercer el ministerio sacerdotal y el apostolado que tiene que hacer un buen religioso. Que no les guste enseñar catecismo a los niños, ni dar clases a los pobres, ni pasar largas horas en el confesionario. Que se dediquen solamente a predicaciones en las cuales puedan lucir todo su orgullo y conseguir alabanzas de las personas humanas, pero no a las sencillas predicaciones en las cuales ayuden en verdad a la salvación de las almas. Esta proposición fue recibida con grandes aplausos por todos los diablos. Y yo me puse a pensar con tristeza que a nuestra Congregación (y a muchas otras) puede llegar al terrible peligro de que algunos crean que lo verdaderamente importante es ser muy instruidos y adquirir fama de brillantes ante los demás, y mientras tanto descuiden sus deberes de sacerdotes y de religiosos, esos deberes sencillos y humildes de enseñar catecismo, de confesar, de predicar de manera fácil al pueblo ignorante y de dedicarse a labores de apostolado que no brillan ante los ojos humanos pero que sí tienen un gran valor ante los ojos de Dios. Y yo pensaba: ¡qué peligro tan grande el que nos puede venir: que los nuestros deseen solamente la ciencia que hincha y enorgullece y que proporciona alabanzas de la gente, y que esto los lleve a despreciar los buenos consejos de aquellos a los cuales consideran inferiores a ellos en el saber! De pronto uno de los diablos me vio escondido allá en un rincón escuchándoles y entonces todos ellos se lanzaron contra mí tratando de destrozarme. Yo empecé a gritar: ¡Auxilio! ¡Auxilio! Y… me desperté muy emocionado y muy cansado.

domingo, 7 de septiembre de 2014

El Evangelio como me fue revelado - María Valtorta

"...Jesús se queda solo y ora durante mucho tiempo. Aparte de dos parejas de palomas que van y vienen desde los nidos, y un trinar de gorriones, no hay ruido o ser vivo alrededor de Jesús orante. Las horas pasan calmas y serenas. Después Jesús se levanta, da alguna vuelta por la terraza, mira al lago, mira y sonríe a unos niños que juegan en la calle y que le sonríen, mira a la calle, hacia la placita que está a unos cien metros de la casa. Luego baja. Se asoma a la cocina: - Mujer, voy a pasear por la orilla. Sale y, efectivamente, va a la orilla, con los niños. Les pregunta: -¿Qué hacéis? - Queríamos jugar a la guerra. Pero él no quiere y entonces se juega a la pesca. El "él" que no quiere es un niño — ya un hombrecito — de constitución menuda, pero de rostro luminosísimo. Quizás sabe que, siendo grácil como es, se llevaría palos de los demás haciendo "la guerra" y por ello sostiene la paz. Pero Jesús aprovecha la ocasión para hablarles a esos niños: - Él tiene razón. La guerra es pena impuesta por Dios para castigo de los hombres, y signo de que el hombre ha venido a menos en su condición de verdadero hijo de Dios. Cuando el Altísimo creó el mundo, hizo todas las cosas: el Sol, el mar, las estrellas, los ríos, las plantas, los animales, pero no hizo los armas. Creó al hombre y le dio ojos para que tuviera miradas de amor, bocas para pronunciar palabras de amor, oído para oírlas, manos para socorrer y acariciar, pies para correr con rapidez hacia el hermano necesitado, y corazón capaz de amar. Dio al hombre inteligencia, palabra, afectos, gustos. Pero no le dio el odio. ¿Por qué? Porque el hombre, criatura de Dios, debía ser amor, como Amor es Dios. Si el hombre hubiera permanecido como tal criatura, habría permanecido en el amor, y la familia humana no habría conocido guerra ni muerte. - Pero él no quiere hacer la guerra porque pierde siempre» (efectivamente, yo había adivinado). Jesús sonríe y dice: - No se debe no querer lo que a nosotros nos lesiona porque nos lesione. Se debe no querer una cosa cuando lesiona a todos. Si uno dice: "No quiero esto porque me produce una pérdida", es egoísta. Sin embargo, el buen hijo de Dios dice: "Hermanos, yo sé que vencería, pero os digo: no hagamos esto porque significaría un daño para vosotros". ¡Cómo ha comprendido éste el precepto principal! ¿Quién me lo sabe decir?. En coro, las once bocas dicen: - Amarás a tu Dios con todo tu ser y a tu prójimo como a tí mismo". -¡Sois unos niños excelentes! ¿Vais todos al colegio? - Sí. -¿Quién es el más listo? - Él (es el niño grácil que no quiere jugar a la guerra). -¿Cómo te llamas? - Joel. -¡Gran nombre! Joel habla así: "... el débil diga: "¡Soy fuerte!". Pero ¿fuerte en qué? En la ley del Dios verdadero, para estar entre los que Él en el valle de la Decisión juzgará como santos suyos. Mas el juicio está próximo; no en el valle de la Decisión, sino en el monte de la Redención. Allí, entre Sol y Luna oscurecidos de horror, y estrellas temblando llanto de piedad, serán discernidos los hijos de la Luz de los hijos de las Tinieblas. Y todo Israel sabrá que su Dios ha venido. Dichosos los que lo hayan reconocido: recibirán en su corazón miel, leche y aguas claras y las espinas se les transformarán en eternas rosas. ¿Quién de vosotros quiere estar entre aquéllos a los que Dios juzgue santos?. -¡Yo! ¡Yo! ¡Yo!. -¿Amaréis entonces al Mesías? -¡Sí! ¡Sí! ¡A ti! ¡A ti! ¡Te amamos a ti! ¡Sabemos quién eres! Lo han dicho Simón y Santiago y también nuestras madres. ¡Llévanos contigo!. - En verdad os tomaré conmigo si sois buenos. Nunca más, palabras feas; nunca más, abusos; nunca más, riñas; nunca más, malas respuestas a los padres. Oración, estudio, trabajo, obediencia; y Yo os amaré y os acompañaré en vuestro camino. Los niños están todos en círculo alrededor de Jesús. Parece una corola policroma ceñida en torno a un largo pistilo azul oscuro..."

viernes, 16 de mayo de 2014

La mujer que aborta, también es madre.

Con este título empieza un artículo publicado en un diario regional español (La Región - Ourense) en la popular sección de todos los periódicos del mundo: "Cartas al Director".
Traigo íntegro esta participación del día 8 de marzo de 2014 de Juan García (Cáceres) por la claridad de su exposición y el uso adecuado de sustantivos que en este caso de especial del aborto llegan a confudir al más seguro fanático de ambos extremos.

"... "Ser madre sí o sí" era el título de un escrito sobre el aborto y el proyecto de ley. La autora, una mujer, escribía con sabiduría y ciencia. El argumento principal: "Ninguna ley puede obligar a ser madre, como ninguna ley puede obligar a abortar. Una decisión y otra son exclusivamente responsabilidad personal". Hay que reconocer que cuando dice "ninguna ley puede obligar a ser madre" tiene razón. También es cierto que "ninguna ley puede obligar a abortar", pero lo que sí puede hacer una ley es prohibir abortar, ya que el aborto implica muerte y en este caso el del más inocente. Así pues, ¿una ley que prohibe abortar obliga a ser madre? No, ya que una madre es madre antes que su hijo nazca, es madre desde que su hijo es engendrado.
El proyecto de ley no obliga a "ser madre sí o sí" sino que lo que hace es permitir que el hijo continúe viviendo, primeramente dependiente de la madre y una vez nacido con una menor dependencia. El aborto lo que hace es que una madre sea madre de un hijo muerto, pues continúa siendo madre, como si un hijo ya nacido se le muere por otra causa. Ciertamente que "abortar es traumático", en muchos casos más que la muerte natural del hijo ..."

Mi opinión? ... bueno: más claro solo el agua.
En estos temas siempre viene a salir el tema de los derechos personales. El derecho de ser madre o no ser madre, el derecho sobre mi cuerpo o sobre otro cuerpo, etc. Estamos siempre prestos a recordarles a todos
nuestros derechos (no estará mal hacer eso) pero se nos olvidan nuestras responsabilidades y los derechos de los otros (que a menudo están muy ligados).
Sólo debemos pensar hasta que punto nuestros derechos cercenan los de otros.
Hasta que punto el exigir nuestros derechos o su ejecución viola el derecho de otro.
Hasta que punto nuestros derechos son más importantes que los derechos de otros.
Es más importante el derecho sobre el cuerpo que el derecho de vida de otro.
Qué dicen aquellos que quieren abortar acerca de la adopción, esterilización, prevención, etc

Este tema da mucha tela que cortar, y seguramente nunca podremos ponernos de acuerdo. Solamente a través de la práctica del sacrificio, responsabilidad, empatía y respeto podremos acercas partes y llegar a consensos más allá de la muerte de seres inocentes e indefensos.

lunes, 28 de abril de 2014

La compra de la felicidad

Hoy les anexo una conferencia profunda, explicada en sencillos términos y contrastada con ejemplos cotidianos. Se trata del padre José Antonio Sayés. Teólogo de la Universidad Gregoriana de Roma quien a través de muchos ejemplos que se nos dan día a día, con un profundo conocimiento de los fundamentos teológicos de la Iglesia a lo largo de la historia y su experiencia, nos lleva de la mano para plantearnos su hipótesis y diagnóstico acerca del comportamiento humano y sus desviaciones. Muy esclarecedor. Que equivocado está uno cuando quiere explicar los valores del hombre y su naturaleza, apartado de la Gracia del Señor.

domingo, 9 de febrero de 2014

Entrevista a Arturo Pérez Reverte

Tengo que reconocer que no tengo ni idea de quién es Arturo Pérez Reverte. Vi este vídeo por "rebote" y tenía tiempo que no escuchaba a alguien que pusiera palabras perfectas a lo pienso y quiero expresar a través de este blog. Expresar esa decadencia de valores impulsada, por supuesto, por poderes "mayores", pero también por cada uno de nosotros y nuestros deseos materiales, vanos, efímeros, estúpidos, etc, etc. Escuchen y espero que pueda sembrar semillas en algunos: