miércoles, 29 de agosto de 2012

¿Qué es lo que queremos?

Estos días, entre el 26 de agosto y 5 de septiembre deberían ser días especiales para toda la humanidad. Sin embargo, parece que pasan sin mayor trascendencia.
Uno de los seres más noble, ejemplar y mediático de nuestros tiempos nació un día 26 de agosto de 1910 y murió un día 5 de septiembre de 1997. Su trabajo llegó a ser mundialmente reconocido, traspasó fronteras, creencias y bloqueos. Se convirtió en una de las personas más conocidas y fotografiadas del mundo.
Se trata de la Madre Teresa o Madre Teresa de Calcuta.
Su inmensa labor que aún hoy día continúa en vigencia, fue reconocida y premiada a donde quiera que haya ido y aunque para ella todos estos premios llegaron en una etapa, digamos, final en su vida y no representaban más que una forma de aprovechar el golpe mediático que giró a su causa Misioneras de la Caridad nunca dejó de luchar y seguir convencida sus ideales y convicciones.
Pondré un ejemplo que escuché recientemente acerca del afán que colocaba en su vida y a sus acciones:
En una ocasión de visita en la Santa Sede conversaba con de los cardenales acerca de su día allí en el Vaticano. Éste le decía que se veía cansada "...tal vez ha dormido usted mal..."
Ella respondió que no se sentía mal que había dormido lo suficiente, lo que normalmente acostumbraba.
El cardenal le dijo "... ¿a que hora se acostó?...", ella le respondió que las 2 de la mañana.
Sorprendido, el cardenal volvió a preguntar: "...¿por qué a esa hora?..." "...¿por qué tan tarde?...".
Ella dijo que había salido a ayudar pobres en las calles de Roma y ofrecer amor.
El Cardenal aún sorprendido vuelve a preguntar: "... ¿y a qué hora se levantó Madre?...", ella dijo: "...A las 4 de la mañana...", y él dijo: "...¿se levantó para seguir en su tarea...", ella siguió: "...no, no. Me levanté a esa hora para rezar, para rezar..."

Increíblemente y a pesar de lo conocido que fue su trabajo (y lo sigue siendo) alrededor del mundo, se nos ha ido desvaneciendo su imagen. Pocos recordamos ya su imagen y para nuevas generaciones que no sintieron la importancia de su presencia a escala global, no resulta conmovedora.
Recientemente he leído e incluso escuchado críticas hacia su labor. A continuación algunas de ellas:
1. Las Misioneras de la Caridad no se instruyen adecuadamente en enfermería y otras especialidades técnicas en la salud, colocando en graves problemas la salud de las personas que reciben y a aquellas que aún no estando tan graves podrían empeorar su situación.
2. La Madre Teresa nunca habló acerca de las causas que llevan a las personas que las Misioneras de la Caridad a su situación: abandono, lepra, rechazo, moribundos, etc. Solo actúan con pocos recursos a darles buen trato. Para muchos de los críticos mejor sería poder cortar de raíz esos problemas sociales que exponen y llevan a toda esta gente a situaciones precarias.

La verdad es que pueden tener cierta validez parte de estos argumentos, pero también debemos decir que es fácil "mirar los toros desde la barrera".
Muchas veces en este mismo blog se ha mencionado a San Francisco y su idea de actuar, de ser, de realizar labores dentro de nuestros roles: buen padre, buen vecino, buen policía, buen creyente, buen hijo, etc.
Debemos actuar no seguir creando teorías, hipótesis, plantear mejoras, elucubrando qué será mejor o peor, advirtiendo; es hora de actuar, de hacer , de comenzar.
Esperando por un acuerdo global para salvar el planeta, se nos está quemando y contaminando. Esperando por un acuerdo global para erradicar el uso de armas, nos estamos matando cada día más y estamos cada vez más armados. Esperando un acuerdo global para erradicar la pobreza y buscar mejores formas de redistribución de las riquezas, morimos en mayor número por el hambre y somos esclavizados en nuevas formas.

No pretendo decir que la tarea de pensar, diseñar e investigar sea mala o errónea, pero personalmente estoy un poco cansado de escuchar advertencias de lo que pasará que no fructifican en pasos concretos.

Creo que la misma tarea de la Madre Teresa contra-argumenta a aquellos que la critican:
1. Dentro de las convicciones de la Madre Teresa no está salvar a las personas físicamente (no quiere decir que las vayan a dejar morir) lo principal es su salvación espiritual, además de cumplir con aquello de Dios dijo en La Tierra: aquello que hagan con aquellos más desafortunados, lo habrán hecho conmigo.
Para ella lo más importante es que estas personas desahuciadas reciban amor después de una vida de animales.
¿Qué esperan aquellos que quieren que las Misioneras de la Caridad sean más "profesionales" para unirse y HACER, planteando sus ideas y poniéndolas en marcha?
¿Deben esperar todas estas personas abandonadas que un batallón de más de 4500 personas en 133 países se profesionalice y luego no puedan aplicar sus técnicas porque siguen sin tener recursos, insumos y materiales para aplicar sus conocimientos?
2. Tal como mencioné anteriormente: cuántos problemas sociales tenemos que hemos determinado científicamente y que incluso hemos determinado que pueden llevarnos a desastres sociales, y no hemos hecho absolutamente nada como sociedad para remendarlos (digo sociedad porque no se puede quitar crédito a una gran cantidad de gente que si trabaja afanosamente pero individualmente porque no son apoyados).
Propongo  ahora: no será mejor seguir el modelo de la Madre Teresa, actuando y trabajando, cada una de las personas que habita el planeta hasta que por fin demos en cuenta de que mejorando la situación de cada prójimo a todo nivel, puede llevarnos a mejorar también nuestra situación individual, social y global.
Imaginen por un momento que el tiempo que dedicamos a criticar, pensar, ver televisión, jugar, buscar reivindicaciones de derechos, lo dedicáramos (aunque no sea completo) a ayudar a alguien en problemas, a resolver un problema comunal, a rezar, a reparar el daño causado sobre otro, a llevar consuelo a quien lo necesita, a educar ....¡qué sociedad tendríamos!
Sin duda nuestra escala de valores práctica o de facto, no está en consonancia con aquellos que queremos predicar.