domingo, 6 de octubre de 2013

Profeta Habacuc

01 Oráculo que el profeta Habacuc recibió en una visión. 02 ¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que tú escuches, clamaré hacia ti: «¡Violencia», sin que tú salves? 03 ¿Por qué me haces ver la iniquidad y te quedas mirando la opresión? No veo más que saqueo y violencia, hay contiendas y aumenta la discordia. 04 Por eso la Ley no tiene vigencia y el derecho no aparece jamás: ¡sí, el impío asedia al justo, por eso sale a luz un derecho falseado! 05 Miren a las naciones y observen, asómbrense y queden pasmados, porque en estos días realizaré una obra que si se la contaran, no la creerían. 06 Sí, yo voy a suscitar a los caldeos, ese pueblo salvaje e impetuoso, que recorre las extensiones de la tierra, para usurpar moradas ajenas. 07 ¡Es aterrador y temible: en él solo se funda su derecho y preeminencia! 08 Sus caballos son más ágiles que leopardos, más rapaces que lobos nocturnos; sus jinetes galopan, sus jinetes vienen de lejos, vuelan como el águila que se lanza sobre su presa. 09 ¡Todos llegan para la violencia con el rostro tendido hacia adelante, y amontonan cautivos como arena! 10 El se burla de los reyes, los soberanos son un juguete para él, juega con las ciudades fortificadas, levanta un terraplén y las conquista. 11 Entonces, cambia el viento y sigue adelante... ¡El hace de la fuerza su dios! 12 ¿No eres tú, Señor, desde los tiempos antiguos, mi Dios, mi Santo, que no muere jamás? Tú, Señor, pusiste a ese pueblo para hacer justicia, tú, mi Roca, lo estableciste para castigar. 13 Tus ojos son demasiado puros para mirar el mal y no puedes contemplar la opresión. ¿Por qué, entonces, contemplas a los traidores y callas cuando el impío devora a uno más que él? 14 ¡Tú tratas a los hombres como a los peces del mar, como a reptiles, que no tienen jefe! 15 ¡El los pesca a todos con el anzuelo, los barre y los recoge con sus redes! Por eso se alegra y se regocija, 16 y ofrece sacrificios e incienso a sus redes, porque gracias a ellas su porción es abundantes y sus manjares, suculentos. 17 ¿Vaciará sus redes sin cesar, masacrando a los pueblos sin compasión? 01 Me pondré en mi puesto de guardia y me apostaré sobre el muro; vigilaré para ver qué me dice el Señor, y qué responde a mi reproche. 02 El Señor me respondió y dijo: Escribe la visión, grábala sobre unas tablas para que se la pueda leer de corrido. 03 Porque la visión aguarda el momento fijado, ansía llegar a término y no fallará; si parece que se demora, espérala, porque vendrá seguramente, y no tardará. 04 El que no tiene el alma recta, sucumbirá, pero el justo vivirá por su fidelidad. 05 ¡Ciertamente, la riqueza es traidora, y el hombre presuntuoso no subsistirá, el que dilata su garganta como el Abismo y es insaciable como la Muerte, el que reúne para sí a todas las naciones y acapara para él a todos los pueblos! 06 ¿No entonarán todos estos contra él sátiras, sarcasmos y enigmas? Ellos dirán: ¡Ay del que acumula lo que no le pertenece ?¿hasta cuándo?? y se carga de objeto prendados! 07 ¿No se levantarán de repente tus acreedores, y no se despertarán tus expoliadores? ¡Tú serás una buena presa para ellos! 08 Por haber despojado a numerosas naciones, lo que resta de esos pueblos te despojará a ti, a causa de la sangre humana derramada y de la violencia contra el país, contra la ciudad y todos sus habitantes. 09 ¡Ay del que acumula para su casa ganancias deshonestas, a fin de establecer en lo alto su nido y escapar a los golpes de la desgracia! 10 Hiciste un proyecto vergonzoso para tu casa: al diezmar a numerosos pueblos, atentas contra tu propia vida. 11 Porque la piedra gritará desde el muro y desde el armazón le responderá la viga. 12 ¡Ay del que edifica una ciudad con sangre y la funda sobre la injusticia! 13 ¿No proviene del Señor de los ejércitos que sólo para el fuego se fatiguen los pueblos y las naciones se extenúen por nada? 14 Porque la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor, como las aguas cubren el mar. 15 ¡Ay del que hace beber a su prójimo! ¡Tú derramas tu veneno hasta embriagarlo, para contemplar su desnudez! 16 Te has saciado de ignominia, no de gloria; ¡bebe tú también y muestra tu prepucio! El cáliz de la mano del Señor se volverá sobre ti, y tu gloria se convertirá en ignominia. 17 Porque la violencia hecha al Líbano te cubrirá y la matanza de los animales te aterrará, a causa de la sangre humana derramada y de la violencia contra el país, contra la ciudad y todos sus habitantes. 18 ¿De qué sirve una imagen esculpida, para que el artista la talle, o una imagen de metal fundido, un oráculo falso, para que el artista ponga su confianza en ella, fabricando ídolos mudos? 19 ¡Ay del que dice al madero: «Despierta», y a la piedra muda: «Levántate»! ¿Puede eso pronunciar un oráculo? ¡Sin duda, está recubierto de oro y plata, pero no hay soplo de vida en su interior!