Es interesante como a lo largo de la historia, el hombre se ha mantenido en constante lucha para dignificarse y luchar por sus derechos ¡contra el hombre mismo!
Siempre surgen personajes y héroes históricos que han clamado por libertad, igualdad, además de otros muchos “derechos”, pero increíblemente siempre es contra otro par, semejante, homo sapiens; contra otro ser de carne y hueso.
Podríamos dar un fugaz repaso a la historia y comprobaríamos que egipcios y griegos que mantenían como “normales” prácticas esclavizantes, pasando por romanos, pasando por la edad media donde la tierra era un recurso que reclamaban los más pobres, sin contar con procesos colonizadores, o esas etapa en que la iglesia católica en cierta forma gobernaba el mundo occidental. Incluso invasiones árabes que conquistaron por buen tiempo, buena parte de Europa (y viceversa) podrían incluirse.
Sería aún más fácil hablar de recientes casos, o de historia contemporánea: Apartheid, Gandhi, Luther King, dos grandes guerras, etc.
Aunque tendría que profundizar un poco más en cada caso, creo que es evidente existe una lucha del hombre contra el hombre perenne. Y en cada caso la lucha es dispareja, tanto en número como en medios y poder.
En lo que podría llamarse “el 20-80”, siempre conseguimos una gran masa de personas (el 80%) que en cada caso se encuentra oprimida por otra masa menor de personas (el 20%) que mantienen de alguna forma el poder (agua, tierras, avances tecnológicos, control de créditos, etc).
Ese 80% cada cierto tiempo explota después de años de presión, alimentados por la esperanza de un mundo mejor para sus hijos, pero después cada explosión surge otro 20% con un nuevo medio de control.
Podríamos decir que este constante juego existe un proceso darwiniano de adaptación de un lado por control y poder, y por el otro lado de superación y reivindicación.
Actualmente existen, por supuesto, varios 20-80 en curso: primavera árabe, emergentes contra desarrollados, corporaciones contra el mundo, y 20-80 internamente en muchos países. Pero uno en especial se está desarrollando y de manera muy poco tangible y en el que la mayoría de su 80 no ha logrado percibir de manera real: calentamiento global.
A diferencia de los casos anteriores, en éste no se puede determinar con precisión un 20: serán las corporaciones que explotan los recursos, serán las juntas directivas de esas corporaciones, serán las miles de personas que invierten en esas corporaciones, serán los fondos de pensiones que manejan las inversiones que esas personas hacen sobre esas corporaciones, serán los millones de personas que consumen lo que esas corporaciones producen o será la inmensa mayoría de personas que dicen que no pueden hacer nada y encogen sus hombros al opinar sobre el tema.
Lo cierto es que muchas corporaciones que siguen explotando los recursos de nuestro planeta, ni desarrollan nuevas formas de energía menos contaminantes, ni cambian el modelo que evidentemente no funciona para todos en largo plazo (solo para ellas en el corto plazo) ni se ha conseguido un 80 que “explote” y pida un cambio (aunque últimamente se han sumado grandes esfuerzos)
¿Por qué podría llamar más la atención este proceso que cualquier otro? Porque este 20-80 nos llevará a nuestra propia destrucción, porque cambiará el único sitio que tenemos como hogar, y porque en este caso somos sumamente dependientes.
En estos días escuché un programa de TV en los que algunos jóvenes que dedican sus vidas a combatir estas grandes corporaciones y la forma como logran sus negocios, utilizaban la frase: estamos ante la presencia de nuevas formas de ocupación.
En primera instancia me impactó el símil, pero si se analiza resulta no ser descabellado.
No era legal el Apartheid, no era legal la exterminación de judíos, no era (y aún lo es en algunos sitios) legal la esclavitud, no fue legal la toma de tierras durante la colonización, no era legal el invadir tierras, violar mujeres y quemarlo todo. Pues ahora estamos ante un ente que como se mencionó antes, no es del todo tangible, pero que consigue permisos para explotar y contaminar cualquier rincón del planeta sin importar consecuencias.
Creo que este podría ser el argumento que ayude a sacudir conciencias, y hacer “explotar” en 80 que no despierta contra una nueva forma de ocupación que nos traerá el peor de los futuros para todos.
Existen proyectos impresionantes de explotación en Canadá que involucran procesos no convencionales en los se debe sacar petróleo de una mezcla que incluye arenas, y los que se debe literalmente “hervir” la tierra dejándola inservible por muchos años, y en el medio existen reservas y comunidades nativas a las que no se les preguntó nada.
Una de las nativas decía durante una entrevista (en medio de una emboscada que hacían a parte de la maquinaria que se usaría para este proyecto): “…la tierra es nuestra Madre, nosotros consideramos la tierra nuestra Madre. ¿Cómo se sentiría usted si violaran a su madre?...”
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