Hace dos o tres semanas escuché durante la misa de domingo, como lectura del evangelio, esta enseñanza que dejó Jesucristo sobre la Tierra (para aquellos no cristianos, solamente léanla. Desde mi punto de vista es muy valiosa y válida).
Muchas veces nos preguntamos como actuar en el caso en que aquel que rompe los valores es el otro y no uno mismo. Es difícil increpar a alguien por alguna acción equivocada o no acertada cuando uno mismo también tiene su historial -como diden por estas latitudes "tener rabo de paja".
Jesús dijo a sus discípulos: "Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo."
Es interesante ver que esto nos fue dicho hace más de 2000 años y aún así seguimos actuando a través de venganzas, egoísmos, envidias, etc.
La última oración es lapidaria: "considéralo como pagano", es decir, éste ya ha decidido, éste ha tomado un camino, éste está en conciencia de lo que hace y más temparno que tarde se verá aislado, apartado por el resto.
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